En su mensaje publicado en el sitio web de la Conferencia del Episcopado Mexicano el 3 de marzo, el Prelado recuerda que en México el primer domingo de marzo se celebra el Día Nacional de la Familia y el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer, dos acontecimientos muy ligados entre sí.
La familia, recuerda, "es el santuario de la vida humana: en la familia hemos nacido y crecido; en ella hemos encontrado la primera y básica fuente de relación y pertenencia; desde ella salimos a emprender perspectivas más amplias y a ella volvemos, porque es saludable y motivador 'sentirnos en familia'".
Seguidamente refiere que la cohesión familiar con frecuencia la logra "la mujer que es madre, aunque también por desgracia muchas veces en la misma familia se haya hecho a un lado o hasta haya sido maltratada la mujer que es esposa, hermana e hija".
"Se busca la no discriminación. Es un derecho, pero también un deber. El aborto es la primera terrible discriminación, al destruir la vida humana del ser más indefenso", indica luego.
Por ello alienta a que "la familia acoja cálidamente a toda vida humana que se empieza a gestar en el vientre de mamá y por la unión amorosa de papá y mamá; que los hermanitos ya nacidos acojan también con amor al que está por nacer".
Finalmente exhorta a celebrar el Día de la Familia y el Día de la Mujer como hijos de Dios, recordando que el ser humano puede ser hombre o mujer, "iguales en dignidad" creados "para el mutuo enriquecimiento y complementación".
aciprensa.com
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